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Me encanta esto del odio, la homofobia y toda la polvareda que se ha montado por un autobús que decía “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva”. ¿Acaso es mentira? Yo me hago una pregunta. Un transexual, por muchos motivos, aspira a un cambio de sexo ¿verdad?  Y por lo tanto un hombre aspira a dejar de tener pene para tener vulva. Y viceversa, es decir, alguien que nació como hombre quiere, necesita o aspira a ser mujer y viceversa ¿no? Pues al parecer este mensaje ha ofendido muchísimo.

 Veo un problema enorme en España y es la hipocresía. Todo el mundo habla de libertad de expresión y, por tanto, de que el derecho a expresar las ideas es algo que se ha de respetar. Pero cuando alguien utiliza esto como un pensamiento antagónico a los valores que algunos quieren, ya pone el grito en el cielo y te hablan de la incitación al odio y dicen que es un delito.

Hace relativamente poco en una manifestación feminista en Valencia entre otras consignas se pudo escuchar:

« Sin piernas ni brazos, machitos en pedazos. »

¿Esto no es incitación al odio? ¿Esto no es la dictadura de las feministas atacando a un colectivo? ¿Esto no es digno de que lo investigue la fiscalía del odio?

Casos como este tenemos cien mil. Y la mayoría de ellos justificados en nombre de la libertad de expresión.

Esta pancarta fue expuesta en el campus de ciencias políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Sí, esa universidad que pagamos todos con nuestros impuestos.

El mensaje lo veo claro: “Hetero muerto abono pa mi huerto”. ¿Esto no es incitación al odio? Porque tenemos que oír continuamente términos como homofobia en nombre de la libertad, pero cuando encuentras cosas como estas y hablas de heterofobia automáticamente te tachan de “facha”. ¿Este mensaje en una universidad pública no es digno de ser investigado por la fiscalía del odio?

Pero no puedo dejar esto aquí, necesito profundizar un poco más. Tras poner una pancarta como esta -y como era de esperar- se recibieron multitud de críticas de personas que enviaron mensajes afirmando que se habían sentido discriminadas con el mensaje de la pancarta.

Esto llegó al punto de que la Oficina de Diversidad Sexual de la UCM envió a los promotores de la creación y puesta de la pancarta un mensaje:

« Desde la oficina de diversidad sexual e identidad de género queremos solicitar la retirada de la pancarta por considerarla discriminatoria contra la diversidad sexual. »

Claro, esto no salió en los medios, la disculpa, claro, la pancarta salió y sus defensores a su lado orgullosos de la tropelía y igual que lo de nuestro querido autobús sí.

Creo que lo peor de todo esto no es en sí, ni el mensaje, ni que se pusiera en la universidad, sino que para ellos es “libertad de expresión” y los que opinan distinto son los  que incitan al odio.

Los precursores que tuvieron la genial idea de esta pancarta tiraron de victimismo para  defender la intolerante de su mensaje:

« […] vivimos bajo opresión desde que nacemos. A vosotros ni os han perseguido ni os han criminalizado a lo largo de la historia por vuestra orientación sexual normativa. […] »

¿Acaso que te hayan oprimido justifica y te autoriza a oprimir, criminalizar y ofender a otros? ¿Acaso que te hayan oprimido justifica que incites al odio por una orientación sexual contraria a la tuya? Y si es así, por qué protestas tanto cuando alguien que opina distinto a ti hace lo mismo. ¿Qué pasa? ¿Alguien en una esfera superior os ha dado el don de ser perfectos y tener la razón absoluta?

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES IGUAL PARA TODOS Y NO ES PRESCINDIBLE EN FUNCION DE QUE BENEFICIE A UNOS O A OTROS.

« Procurad entender el mensaje correctamente, el problema de esta sociedad es que todo lo que leemos en letras grandes, lo asumimos sin buscar el mensaje que hay detrás. […] vuestra comprensión lectora debe ser revisada, los recortes en educación sí que han afectado. »

¿Ahora quién tiene mermada la compresión lectora? Pocas diferencias veo entre el mensaje lanzado en esa pancarta y el lanzado en el autobús naranja. Pero si hay una es que ese autobús fue pagado por una entidad privada y circulaba por la calle libremente, mientras quien pintó esa pancarta se tomó la libertad de ponerla en un centro público al que yo y todos los ciudadanos tienen la libertad de poder acudir y que ha de representarnos a todos.

Supongo que ya a estas alturas muchísima gente que esté leyendo esto habrá empezado a insultarme en voz alta y ese tipo de cosas. De la boca de algunos habrá salido el termino homófobo, fascista e incluso reaccionario. Nada más alejado de la realidad.

Este artículo simplemente quiere demostrar que la “libertad” es igual para todos, sea del tipo que sea. Que un mensaje puede gustarte más o menos pero que todos tenemos que tener la libertad de poder decir lo que pensamos.

No voy a entrar en si estoy de acuerdo o no con el mensaje que lucía ese autobús porque eso requeriría un estudio exhaustivo del mensaje y de lo que quieren expresar con él y es mucho más complejo que una simple lectura. Cada cual tiene sus motivaciones y razones para pensar como lo hace y esta es tan respetable como la de aquel que opine lo contrario.

De hecho empezamos a asistir a la dictadura LGTB donde su opinión parece la única valida y la de la mayoría de la población no.

La propia Oficina de Diversidad Sexual de la UCM, poco después, publicaba una “Nota aclaratoria” en la que afirmaba que tras leer el comunicado de los organizadores, ese que decía que los heterosexuales no sabíamos leer,  dicha oficina matizaba que “el término ‘heterofobia’ no es oportuno ya que no existe la discriminación hacia las personas heterosexuales como fenómeno social”.

¿Cómo que no existe discriminación hacia el heterosexual? Cuando los ayuntamientos, que nos han de representar a todos, cuelgan la bandera del “orgullo gay”, ¿a que colectivo está representando? ¿Al de los heterosexuales? Cuando en una universidad se permite una pancarta así y casi se pide perdón por retirarla, ¿quiénes son los ofendidos? ¿El colectivo LGTB o el colectivo heterosexual? Cuando un grupo de feministas atacan verbalmente en una manifestación a los “hombres”, ¿quién es el ofendido?

Sí, señores, existe un movimiento que tiende a que la minoría LGTB sea la cargada de razón y la minoría silenciosa heterosexual sea discriminada. Cuando alguna parte de algún colectivo actúa como Hazteoir.org con este autobús automáticamente se criminaliza su opinión. ¿Vivimos en un país donde unas formas de pensar son mejores que otras? SÍ, DEFINITIVAMENTE, SÍ.

 Desde aquí insisto en que “LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES IGUAL PARA TODOS”. Y si tenemos que aguantar los mensajes de algunos raseros y  admitir que forman parte de la libertad de esta mentirocracia, quien lanza esos mensajes tendrá que encajar los de los que piensan de otra forma.