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En 1938 Serrano Suñer promulgo una ley que buscaba un periodismo al servicio del estado y que sirviera de canal hacia el pueblo, haciéndole llegar lo que el estado tenía que decirle. Así la nación subria lo que quería el poder vigente. Esta ley que nació pensada de forma provisional se mantuvo vigente casi treinta años.

Serrano Suñer e incluso el mismo redactor de la ley José Antonio Jiménez Arnau, llegaron a sentirse abochornados con la duración de esta ley y la censura que provocaba, pero para el estado era un mal necesario.

 

Todo lo que se publicaba en contra del gobierno podía tener serias consecuencias, y de hecho las tenía, para el editor y el autor.

« No podía perdurar un sistema que siguiese tolerando la existencia de un “cuarto poder”, del que se quería hacer una premisa indispensable (…). No podía admitirse que el periodismo continuara viviendo al margen del Estado (…). Testigos quienes hoy se afanan en la empresa de devolver a España su rango de nación unida, grande y libre, de los daños que una libertad entendida al estilo democrático había ocasionado a una masa de lectores diariamente envenenados por una prensa sectaria y antinacional, comprenden la conveniencia de dar unas normas al amparar de las cuales el periódico vivía en servicio permanente del bien nacional (…). Hay que evitar los males que provienen de la libertad de tipo democrático. La prensa debe estar siempre al servicio del interés nacional; debe ser una institución nacional, una empresa al servicio del Estado. »

Extracto de la ley de prensa de 1938

Ahora son muchos los que dicen que el franquismo fue un régimen de represión social, política y cultural, y que hablan de la censura no solo en la prensa, sino también en las publicaciones de cualquier tipo. No es ningún secreto que durante el régimen de Franco se persiguió todo aquello que representara la Anti- España. No es tampoco mentira que se encarceló personas, se ilegalizaron organizaciones y asociaciones y se destruyeron miles de publicaciones. No es falso tampoco que se depuraron bibliotecas y se prohibieron obras en un intento de eliminación de lo que se consideraban enemigos de la sociedad e ideologías que el estado consideraba contrarias o enemigas. Todo esto en un intento de limpiar el país de ideas subversivas que según el nuevo régimen habían adulterado las esencias españolas.

Resumiendo, después de una guerra y como puede parecer bastante lógico se trató de suprimir el pensamiento de los vencidos para imponer el de los vencedores.

« El Sindicato Español Universitario celebró el domingo la Fiesta del Libro con un simbólico y ejemplar auto de fe. En el viejo huerto de la Universidad Central –huerto desolado y yermo por la incuria y la barbarie de tres años de oprobio y suciedad –se alzó una humilde tribuna, custodiada por dos grandes banderas victoriosas. Frente a ella, sobre la tierra reseca y áspera, un montón de libros torpes y envenenados (…) Y en torno a aquella podredumbre, cara a las banderas y a la palabra sabia de las Jerarquías, formaron las milicias universitarias, entre grupos de muchachas cuyos rostros y mantillas prendían en el conjunto viril y austero una suave flor de belleza y simpatía. (…) Para edificar a España una, grande y libre, condenados al fuego los libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo, los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los cursis, los cobardes, los seudocientíficos, los textos malos y los periódicos chabacanos. E incluimos en nuestro índice a Sabino Arana, Juan Jacobo Rousseau, Carlos Marx, Voltaire, Lamartine, Máximo Gorki, Remarque, Freud y al Heraldo de Madrid”. Prendido el fuego al sucio montón de papeles, mientras las llamas subían al cielo con alegre y purificador chisporroteo, la juventud universitaria, brazo en alto, cantó con ardimiento y valentía el himno “Cara al sol” »

Antonio Luna, catedrático de derecho

Auto de fe en la U. Central. Los enemigos de España fueron condenados al fuego

Estaba claro el objetivo era que toda aquella publicación escrita que pudiera suponer un escollo para el nuevo régimen establecido, la moral que quería establecer en la sociedad y que pudiera alterar el rumbo que querían marcar para España fuera eliminada. Eliminación total y absoluta de cualquier tipo de escrito que pudiera mostrar el más mínimo atisbo de simpatía hacia el marxismo, el judaísmo, el comunismo y todo lo contrario al floreciente nuevo régimen.

Vamos lo que viene siendo censura. El estado era el que decidía que era lo que se podía leer o no y lo que era beneficioso leer para los españoles. Nadie podía leer, ni poseer un libro prohíbo por si tras leerlo le venían malas ideas.

Bueno realmente todo marcho bien hasta que la ley fue abolida en 1966 y la “libertad” dio al traste en muy poco tiempo con el trabajo realizado durante treinta años. Sobre todo a raíz de la muerte de Francisco Franco y la entrada de la democracia.

MODE IRONIC ON

Menos mal que a mí me ha tocado vivir en un régimen de libertad donde no existe la censura y se puede leer y ver lo que uno quiera. Menos mal, que donde a mí me ha tocado vivir,  es una sociedad donde histórica y políticamente se puede hablar y decir con libertad lo que se piensa sin miedo a ser encarcelado. Donde no existe la censura literaria y puede empaparme con libertad de todas las tendencias para poder decir como y quien quiero que me gobierne. Bendita libertad que la democracia me da.

Qué malo era Franco y sus secuaces que encarcelaban a gente por distribuir según que publicaciones y libros, y permitir que la gente los leyera.

MODE IRONIC OFF

El pasado 9 de julio era precintada de nuevo la librería “Europa” por orden judicial del Juzgado de Instrucción número 9 de Barcelona. El cierre presuntamente por  producir, elaborar, distribuir y vender material que promueve el odio y la discriminación.

Uy, si cambiamos odio y discriminación por marxismo y masonería, esto podía ser una noticia que leyéramos en los años 40 del siglo pasado en periódicos como “El Alcazar”, “Pueblo”, “Arriba”.

MODE IRONIC ON

Uffff Menos mal que vivo en un país libre y en el que todas las opiniones y formas de pensar tienen cabida. Menos mal que vivo en un país sin censura, ni represión. Me había comenzado a preocupar.

Fijaros que había empezado a pensar que todo esto era por vender libros que promueven ideas contrarias al “estado de desecho” en el que nos han obligado a vivir. Que tonto soy, que susto más tonto me había dado.

MODE IRONIC OFF

Durante más de siete horas los Mossos registraron la librería, situada en el barrio de Gracia, así como la sede de la editorial Ojeda y de la vivienda del dueño del local Pedro Varela en una localidad del Vallès.

Es fantástico como la prensa recalca que Pedro Varela, dueño de la librería, está en busca y captura y no ha sido detenido igual que recalcan eso de que “La libreria Europa es filonazi”.

Pues claro que no ha sido detenido, básicamente porque no estaba en su domicilio cuando los “Mozos de la cuadra” entraron en él. Como es un delincuente tan peligroso y con los libros puede liberar las miras de la gente y que se den cuenta del putrefacto sistema, no pudieron esperar ni juzgados, ni policías a que este pudiera estar presente, había que hacerlo a traición para que ante los medios de comunicación quedara como el malo malísimo.

Lo mejor es leer cosas como estas:

« (…) los Mossos arrestaron a cuatro personas como responsables de la cúpula directiva de esta entidad que tenía un entramado comercial para distribuir el material que presuntamente promueve el odio y la discriminación (…) »

Lo dicho al parecer ahora vender libros que van en contra de los dogmas del sistema, te convierte en un mafioso y en un peligroso criminal. Qué triste, pero que triste es este país. Vamos que vivimos en un país donde el “estado de la democracia” se comporta igual que el régimen anterior al que llamaban “dictadura” es decir es el mismo estado a través de sus leyes el que decide lo que yo como ciudadano puedo leer o no, o lo que me es conveniente leer o no, no vaya a ser que me dé por leer algo sobre el Fascismo y despierte dándome cuenta de lo mal que huele el excremento que tienen nuestros gobernantes por cerebro.

No es la primera vez que sucede algo así ya en 1996 hicieron una actuación similar que acabó con la detención y posterior condena del propietario Pedro Varela, y que en 2006 volvieron a registrar la sede de la Librería Europa donde fueron decomisados 5.000 libros editados por la editorial Ojeda y se volvió a detener a Varela.

Han sido detenidas 4 personas y no se descartan más detenciones. En esta operación contra “elementos tan peligrosos”, se decomisaron 15.000 ejemplares de libros, así como equipos informáticos. Evidentemente se ordenó el precinto de la librería. Los detenidos quedaron en libertad con cargos tras declarar. Al parecer se les acusa de promover el odio y la discriminación y se les acusa no sólo de la publicación de libros sino de organizar conferencias en la librería donde se enaltecen y justifican el genocidio nazi y se niega el Holocausto judío.

Sin ninguna duda es ahora cuando estos falsos demócratas se acuerdan del acto celebrado en el año 2007, cuando en España todavía quedaba algo de libertad, dicha librería en el que el historiador británico David Irving, condenado por negar el Holocausto, pronuncio una conferencia bajo el nombre “Encarcelando opiniones”. Este historiador es conocido por sus teorías sobre la Segunda Guerra Mundial y fue condenado en Austria por negar el Holocausto.

Para muchos, incluido Pedro Varela, Irving es un historiador “independiente” y “heterodoxo” y el “más importante” autor sobre la cuestión judía en la Alemania nazi.

En fin detención de un librero y cierre de un establecimiento de cultura porque al estado le parece poco apropiado que podamos leer algunas publicaciones que en algún momento pudieron venderse en este establecimiento pero que en el momento de registro y cierre estaban “RETIRADAS DE LA VENTA”. Es decir la justicia y el estado no solo deciden lo que podemos o no leer sino que una vez que consiguen que no se puedan comprar esos libros y por lo tanto no puedan ser leídos. Ponen permanentemente en el punto de mira a quienes un día decidieron que según que verdades aunque dolorosas han de ver la luz.

Insisto el problema no está en la detención de Varela ni de cuatro trabajadores. El problema está en un estado que en nombre de la libertad establece una censura más férrea que la de la “dictadura” que tanto critican.  El problema está en una democracia que no me deja como individuo poder valorar según que acontecimientos históricos y que impide también que los que me deja valorar sean juzgables desde la verdad con la alteración histórica de muchos de los textos de otras épocas.

Esta es la mentira de nuestra democracia. Esa democracia que a través de sus políticos se empeñan en hablarnos de libertad mientras nos la quitan.

En la televisión puede salir un líder político en una fiesta pidiendo la liberación de un terrorista, juzgado y condenado, y todo el mundo lo aplaude. Puedes encontrar en cualquier librería el manifiesto comunista, o cientos de libros sobre el marxismo, el socialismo, el anarquismo, pero eres un delincuente si decides leer el “Mein Kampf”.

Vivimos en una España donde un señor como “Santiago Carrillo” pudo dar cientos de mitines a pesar de tener en sus manos la sangre de más de dos mil muertos en Paracuellos del Jarama, pero si alguien se atreve a poner en tela de juicio lo sucedido en la Alemania del III Reich puede ser encarcelado y sometido al escarnio público.

Sinceramente ¿no parece que en realidad más que libertad lo que tenemos es una pseudodictadura marxista? Yo no me siento libre, ni siento que pueda actuar con libertad. Vivo en un país donde cuando quieres dar según que opiniones tienes que medir ante quien y como las das, otras directamente te las tienes que callar. Vivo en un país donde todo lo que se relaciona con el neoliberalismo, marxismo, comunismo y el libertinaje de la falta de moral esta tolerado pero el resto no, porque puede ocasionar un problema al estado el que alguien alce la voz.

Este artículo ni pretende defender, ni dejar de defender a nadie, pero si hablar de justicia y vivimos en una sociedad que no es justa.

Quiero desde aquí reiterar mi apoyo a Pedro Varela, a la librería Europa y al resto de los encausados. Porque defender la verdad no es un delito. Porque no existe ninguna verdad que tenga que mantenerse a golpe de ley. Si las leyes tienen que ayudar a preservar la verdad es que tal vez algo oscuro esconde esa verdad.

Que nadie le diga a la gente, lo que puede leer, pensar u opinar. Somos libres y debemos de leer para poder aprender y juzgar nuestro pasado y poder vislumbrar nuestro futuro. No olvidéis nunca que “Quien olvida su pasado, está condenado a repetirlo”.

Antonio De La Peña

Militante TNS