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Siempre intento apoyar mis artículos en el pasado, ya sabéis eso de “subirme a hombros de gigantes”, o bien en las múltiples cosas que castigan y marcan la sociedad. Sin embargo hoy quiero escribir sobre porque está pasando todo esto, el porque la gente no salta en sus resortes y se comporta más como una escupidera dispuesta a tragar lo que los que mandan le echan.

Muchas personas creen que la gente es simplemente tonta, o que simplemente no les importa nada, pero nada más alejado de la realidad. La gente simplemente ha entrado en una espiral donde dejan ser influenciados por los medios que son el peldaño imprescindible para que se cumpla “La ventana de Overton” que hoy en día mueve nuestra sociedad.

 

Esto es algo que se lleva apreciando hace mucho en nuestra sociedad pero que para nada es fácil de explicar. No hace mucho tuve la oportunidad de leer un artículo del columnista Evgueni Gorzhaltsán que espero que sirva para poder hacer entender a quien lea este artículo como “la ventana de Overton” puede llegar a convertir la idea más repulsiva, no solamente en aceptable sino que además la gente la aclame y repudie a quien con dos dedos de frente rechace la aberración de la misma.

 

Gorzhaltsán en su artículo utiliza, como  ejemplo, como en nuestra sociedad algo tan aberrante como el Canibalismo podría llegar a ser aceptado gracias al sencillo engranaje de pasos descritos en por la “ventana de Overton”.

 

Me gustaría aplicar el mismo concepto que Gorzhaltsán pero trasladado a un tema que ya hoy y gracias a “Overton” se ha introducido en nuestra sociedad la “homosexualidad” y a la legalización de la “matrimonio homosexual”, creo que a los lectores algunos de estos pasos les serán familiares.

 

Antes de comenzar quiero y debo recalcar varias cosas, la primera y para evitar suspicacias, es que este artículo no me convierte en homófobo. Mi máximo respeto hacia los homosexuales. Cada uno es y debe de ser libre para amar y disfrutar en su alcoba como quiera siempre y cuando sea sexo consensuado entre dos adultos. Respeto y creo que en el amor puede no haber sexo y que el amor es libre a la hora de elegir a la persona con la que compartir tu vida. Puedo y estoy de acuerdo en que las relaciones entre animales del mismo sexo, suceden y no solo entre los seres humanos sino entre otras muchas especies de animales. Pero nunca podre estar de acuerdo con que se tome eso como una normalidad, no lo es, sencillamente porque si no las especies tenderían a extinguirse. No puedo estar de acuerdo en la diarreica mental cabalgata del orgullo gay donde lo peor de la sociedad sale a la calle a desfilar en nombre de un orgullo que no tiene sentido, si te sientes orgulloso, ¿es que ser homosexual, lesbiana o transexual es un orgullo? No es motivo de orgullo, es algo normal, y algo que es normal no es motivo para estar orgulloso, igual que no es motivo para estar orgulloso ser heterosexual. Puestos así hagamos una cabalgata del día de mascar chicle y salgamos todos los mascadores de chicle en pelotas a la calle para que la gente sepa lo orgullosos que estamos de mascar chicle. Y tercero el hecho que la legalización de la situación de  una pareja homosexual sea llamado matrimonio, término que ancestralmente a pertenecido a la unión entre un hombre y una mujer. Eso no quiere decir que no se pueda o deba legalizar la situación sentimental de una pareja homosexual, sino que simplemente no se debe llamar matrimonio, quizás otro nombre y otra fórmula hubiera sido mejor aceptada.

 

Y un último punto los atontados que se permiten el lujo de defender la homosexualidad diciendo cosas como “en la antigua Grecia la homosexualidad era algo normal” me permito aclararles que sí, lo era y que de hecho la relación homosexual más común era la que se producía entre hombres maduros y chicos muy jóvenes, adolescentes, y era conocida como pederastia. Así que antes de buscar explicaciones que os permitan agarrarse a un clavo ardiendo pensar un poco, porque hacéis un flaco favor al homosexual que lo único que quiere es disfrutar su sexualidad como le da la gana y realmente no se avergüenza ni se siente orgulloso de nada simplemente vive su vida.

 

Etapa 1: De la aberración a la radicalidad.

 

Al principio el tema es un tabú, la gente no lo acepta y pensar en la legalización de algo como el “matrimonio homosexual” es impensable y de hecho esto es algo considerado antinatural por la mayoría de la población.

 

En este momento el objetivo es comenzar a quitar el tabú de la cabeza de la gente para ello lo primero es trasladar el tema a la esfera científica, un ámbito donde hay pocos tabus. En este punto y amparándose en la libertad de expresión se podría llevar a cabo un congreso antropológico sobre las actividades homosexuales en la antigua Grecia y discutir otros casos de la historia, así mismo la ciencia analiza la homosexualidad en otras especies animales para revestirla de normalidad: “Es normal lo hacen todos los animales”.

 

Al fin y al cabo vivimos en una sociedad donde si científicamente se consiente y tolera algo la sociedad termina de asumirlo.

 

Pero esto no sería suficiente. Al mismo tiempo que la esfera científica debate sobre el tema, han de salir a la luz los colectivos LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y bisexuales) como FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), COGAM etcétera, que piden que se respeten sus derechos de los homosexuales amparándose en la libertad de expresión.

 

Así ya la gente comienza a contemplarlo como algo radical pero una realidad, porque si hay alguien que es homosexual y que reclama sus derechos y encima la comunidad científica lo habla y se plantea la posibilidad de avalarlo, es algo de lo que hablar aunque sea considerado muy radical.

 

Etapa 2: De lo radical a lo potencialmente aceptable

 

En esta etapa sigue la presión científica que se apoyaría en algo así como “no se puede juzgar la homosexualidad es algo que existe en la naturaleza y queda mucho por estudiar” y cuando alguien quiere retroceder al principio es decir a la realidad de que la “homosexualidad” no es la tendencia sexual común y que por lo tanto no se puede revestir ambas tendencias de igual forma será tachado de hipócrita intolerante. Es más cuando alguien adopta la postura intermedia que no es la negación sino la aceptación de la homosexualidad pero con la reserva de que no es, como tendencia sexual, la que la naturaleza dota también será tachada de un hipócrita intolerante.

 

Vamos lo que suele suceder con todos los temas, podemos encontrar mil ejemplos donde la reacción es exactamente la misma.

 

Por su puesto serían unos hipócritas intolerantes mientras quien les insulta se apoya para hacerlo en la “libertad de expresión”. Todos podemos pensar libremente pero sino piensas en la libertad del homosexual a serlo no tienes esa libertad de expresión.

 

Mientras quien se empeña en decir que la homosexualidad no es algo “natural” es llamado intolerante esos mismos círculos científicos han de buscar un eufemismo que aleje el concepto del termino original, así las “parejas homosexuales” se convierten en “uniones gays”, posteriormente en “uniones civiles” para terminar adoptando el término de “matrimonio homosexual”  algo que realmente puede parecer exagerado pero no olvidemos que vivimos en un mundo donde se hace la “guerra” en nombre de la “paz”.

 

Realmente ese eufemismo es más importante de lo que nos podríamos imaginar por que el hecho de que a una pareja de homosexuales sean considerados un “matrimonio” ya los coloca en el escalón social de los heterosexuales y esto será un punto decisivo para su aceptación social.

 

Mientras se agita la intolerancia, se empiezan a crear referentes históricos, mitológicos, contemporáneos, es el caso por ejemplo de Alejandro Magno, Platón o Aristóteles y que terminan legitimando la posibilidad de que la “homosexualidad” sea aceptada socialmente y el “matrimonio homosexual” se revista de normalidad.

 

En este punto nos encontramos que algo como la “homosexualidad” está siendo estudiado por los científicos, que quien no lo debate o se oponga a ella es un hipócrita intolerante y que la opinión pública se empieza a establecer el debate sobre algo que parecía tan esperpéntico como el “matrimonio homosexual”.

 

Ya hay carnaza en la opinión pública, el  “matrimonio entre gays” entra a debate, es cierto que la inmensa mayoría de la población está en contra, pero ya entra a debate. Llegados aquí algo impensable ha pasado a ser aceptable, al menos aceptable para hablar de ello.

 

Etapa 3: De lo aceptable a lo sensato

 

En esta etapa se empiezan a promover una serie de ideas pseudocientificas como las siguientes: “el amor entre personas del mismo sexo es normal”, “el matrimonio homosexual es un derecho humano” y “todos tenemos derecho a ser iguales”. En fin un conjunto de ideas avaladas por la ciencia y los políticos y que grandes científicos, políticos y famosos comienzan a apoyar.

 

El objetivo de esto es que la gente llegue a plantearse que quizás si esto es como dicen, este justificado. Es decir sembrar la duda de quien no hace mucho no veía con normalidad la “homosexualidad” y estaba totalmente en contra de él “matrimonio homosexualidad”.

 

En este momento la gente que no es indiferente al problema. Esas personas que todavía piensan que es impensable legalizar el “matrimonio homosexual”, que por otro lado será la inmensa mayoría, serán tachadas de psicópatas intolerantes, de locos, de agresivos, serán criminalizados. Y todo esto simplemente por decir que está en contra de que se llame “matrimonio” a la unión de parejas homosexuales y pensar que la homosexualidad no es la tendencia sexual natural sino que lo es la heterosexualidad.

 

Aquí los medios empiezan a tomar su posición  cuando justificarían el ataque a quien se mostrara en contra con afirmaciones como que “durante la historia de la humanidad los casos de homosexuales trascendentales son numerosas y que todos ellos tuvieron pareja en alguna ocasión e incluso se constituyeron como matrimonio”.

 

Ejemplo de esto sería usar como punto de apoyo cosas como:

 

« La Biblia nos ofrece los dos casos más antiguos conocidos. En Génesis 2,24 vemos como Rut y Noemi se unen, usando la misma que en la unión entre Adam y Eva. Más adelante en 1:16-17 dice: “No insistas más en que me separe de ti. Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, yo moriré y allí me enterrarán. Juro hoy solemnemente ante Dios que sólo la muerte nos ha de separar”, son las mismas promesas que se intercambiaban las parejas en las ceremonias de los matrimonios heterosexuales. »

 

Aquí la idea que al principio era simplemente repulsiva no solo se ha convertido en aceptable sino que empieza a parecer lo sensato y la gente empieza a pensar en ello, aunque aisladamente. Ahora lo insensato es estar en contra del “matrimonio homosexual” porque eso te convierte en un psicópata intolerante y agresivo.

 

Etapa 4: De lo sensato a lo popular

 

¿Cómo podemos pasar ahora de lo sensato a la aceptación popular, a la aceptación por parte de la masa? La respuesta es fácil, con la propaganda. Los medios de comunicación ayudados normalmente por personajes conocidos, políticos y personas de gran carisma hablan, dialogan discuten y ponen encima de la mesa ya no la homosexualidad sino el “Matrimonio homosexual”.

 

Ya es algo tan público que se crean canciones, películas, series de televisión y la gente ya lo debate públicamente en cualquier foro, incluidos programas diversos de telebasura.

 

En este momento idílico es cuando comienzan a salir a la palestra personajes ilustres de todos los tiempos que fueron o son homosexuales.

 

Pero todo esto no es suficiente, no solamente la gente tiene que estar a favor de la “homosexualidad” y del matrimonio entre personas del mismo sexo, sino que además hay que humanizar a los homosexuales, convertirlos en las victimas de esta sociedad que durante tantos años los ha repudiado y no les ha permitido contraer matrimonio.

 

Los homosexuales son en este momento las víctimas, la sociedad les ha castigado. Ellos no han elegido ser así y la sociedad les ha obligado a esconder su homosexualidad.

 

En este momento las películas y series de televisión comienzan a mostrar con naturalidad a homosexuales y parejas de homosexuales, siempre como personajes simpáticos y afables, nunca como personajes perversos, de esos que hay en todas las series y películas. Así se crea una imagen posita de la homosexualidad y de las parejas homosexuales.

 

Etapa 5: De lo popular a lo político

 

Cuando la gente ya en masa apoya el concepto, solo queda preparar la legislación que permita la legalización del concepto, en nuestro caso la “Legalización del matrimonio homosexual”. En este momento surgen y se consolidan grupos de presión que serán los detonantes definitivos para que la opinión pública termine de aceptar el formato legal de lo que un día fue “impensable”.

 

En la conciencia pública se establece un nuevo dogma: “La legalización del matrimonio gay es un derecho”. Y empiezan a salir a la luz encuestas que “confirman” el alto porcentaje de partidarios de la legalización del “Matrimonio homosexual”.

 

Me gustaría después de toda esta explicación que la gente que lea esto, reflexiones y piense donde estamos, donde estábamos y donde nos quieren llevar. Me gustaría que la gente pudiera darse cuenta de cómo manipulan nuestra sociedad y como cambian la forma de pensar de la gente que se convierte en peleles del sistema.

 

Es posible que alguien que haya leído esto no vea la realidad que hay detrás y me gustaría que retrocediera y pensara en cosas que se han vivido en España últimamente.

 

En los últimos años hemos asistido a que Cataluña sea una comunidad autónoma más a ver como sus políticos reclaman lo que “históricamente les corresponde” cuando ese pasado histórico del “reino de Cataluña” nunca existió. Hemos asistido a ver como los “pobrecitos” Catalanes solo reclaman su independencia siendo los malos, malísimos aquellos que reclaman, lo normal, es decir la unidad de España. Hemos asistido a que en la televisión pública una supuesta “Universidad de Historia de Cataluña” nos diga que Cristóbal Colón o Cervantes eran catalanes ilustres. ¿Os suena todo esto? ¿No es esto la ventana de Overton?

 

 

 

Antonio de la Peña

 

Militante del Sindicato TNS